Una investigación sin precedentes revela la eficacia de un nuevo método para detectar Toxoplasma gondii, un patógeno común pero poco controlado en productos frescos como las ensaladas preparadas
Investigación y Tecnología
Los profesionales de la salud insisten en que es necesario adoptar medidas para prevenir y controlar la contaminación de las ensaladas
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Pocos gestos tan inofensivos como abrir un paquete y verter sobre un recipiente preparado para comer, había traído tantas consecuencias para la salud como lo son las ensaladas listas para consumir. Una amplia investigación realizada por un equipo internacional de científicos ha desarrollado un procedimiento para detectar Toxoplasma gondii, un parásito que infecta a uno de cada tres europeos a lo largo de su vida y que puede suponer un riesgo especialmente grave para embarazadas y personas inmunodeprimidas.
El trabajo, publicado en la revista científica Eurosurveillance y perteneciente al Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), es el estudio más amplio que se ha realizado hasta la fecha referente a esta problemática y es que los hallazgos encontrados han puesto sobre la mirada con lupa la necesidad de prestar mayor atención a los alimentos frescos como una de las principales vías de transmisión de este parásito, un aspecto que, por otra parte, aún sigue explorándose en la salud pública.
Hasta el momento, lo que se sabía era que la carne cruda o curada, las verduras mal lavadas o el contacto con las heces de los gatos eran las principales vías de transmisión de la toxoplasmosis. Sin embargo, los investigadores subrayan que han encontrado evidencia concreta de la presencia del parásito en ensaladas listas para el consumo, lo que supone un riesgo potencial para la población. "Pocos estudios han investigado mezclas de ensaladas listas para comer (RTE), pero en un estudio italiano que utilizó una PCR en tiempo real específica con secuenciación de amplicones como prueba de confirmación, el 0,8% de 648 muestras de ensaladas RTE analizadas estaban potencialmente contaminadas con ooquistes de T. gondii", manifiestan sus investigadores.
Aun así, el estudio recalca que todavía no está claro cuánto contribuye cada fuente a la infección global por T. gondii para lo cual se requiere seguir haciendo investigaciones más exhaustivas.
Un nuevo método para un viejo problema
El protocolo desarrollado fue diseñado por especialistas del Instituto Superior de Salud de Italia y el Instituto de Investigación Veterinaria de Chequia. El procedimiento, basado en técnicas de biología molecular, consta de tres pasos: recuperación de los ooquistes del parásito (su forma resistente en el ambiente), extracción de ADN y detección por PCR en tiempo real, una tecnología precisa y sensible que permite identificar trazas mínimas del agente infeccioso. Para evaluar la efectividad del método, se emplearon ensaladas mixtas comerciales con distintas variedades de hojas verdes (como rúcula, espinaca baby y lechuga romana) a las que se añadieron cantidades controladas de ooquistes purificados. El ADN fue extraído con kits especializados y analizado en plataformas moleculares avanzadas.
El sistema logró detectar incluso pequeñas cantidades del parásito, con un límite mínimo de solo 10 ooquistes por muestra. Esta sensibilidad posiciona al procedimiento como una herramienta clave para los controles de seguridad alimentaria en productos que no se cocinan antes de su consumo. Los científicos compararon distintas combinaciones de reactivos y equipos para garantizar que el método fuera replicable en diferentes laboratorios, lo que abre la puerta a su implementación a mayor escala. "Nuestro objetivo fue desarrollar un método basado en moléculas y estimar la aparición y prevalencia de ooquistes de T. gondii en ensaladas listas para comer en tiendas minoristas en Europa", explican sus autores.
Por qué deberíamos prestar atención
La toxoplasmosis, causada por este parásito, suele pasar desapercibida en la mayoría de las personas sanas, pero puede provocar graves consecuencias en determinados grupos de riesgo. Además, su alta prevalencia en Europa indica una exposición constante que no siempre se detecta ni se controla adecuadamente.
Este nuevo enfoque no solo mejora la detección, sino que también aporta información fundamental para comprender mejor las rutas de transmisión de T. gondii. Saber con certeza en qué alimentos se encuentra puede ayudar a diseñar estrategias de prevención más efectivas y proteger la salud de los consumidores.
Por el momento, los investigadores recomiendan precaución al consumirlas. "Dado que las ensaladas listas para consumir están destinadas al consumo crudo sin procesamiento adicional, la presencia de T. gondii en ensaladas procedentes de países europeos puede provocar infecciones en humanos. Es necesario adoptar medidas para prevenir y controlar la contaminación de las ensaladas. Se podría recomendar un lavado más exhaustivo de las ensaladas listas para consumir para grupos de riesgo específicos, como las mujeres embarazadas", concluyen los investigadores del estudio.
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